lunes, 8 de noviembre de 2010

Cumpleaños feliz.


Foto y tarta: Judith Contioso

Este sábado ha sido mi cumpleaños y realmente puedo afirmar que ha sido el mejor cumpleaños de mi vida.

El cumpleaños ha sido como yo he querido, he invitado a quien he querido yo, ha sido una velada como yo he querido y todo se ha hecho a mi gusto y semejanza (¿Ha quedado egocéntrico? Espero que no...). No me he visto obligado a contentar a nadie saliendo de marcha a ningún lugar ni invitando a alguien externo a mis deseos. Simplemente se efectuó una velada agradable, con la gente más íntima, sembrada de risas, anécdotas y buen humor.

Cumplir años es algo que siempre se agradece aunque sea obligación. Algo tan simple como celebrar "seguir vivo" puede convertirse en una fecha impregnada de ilusión.

Este año he de admitir que me han pasado muchísimas cosas buenas. Mi personalidad se ha terminado de forjar y he decidido compartir mi vida con personas a las que quiero y con las que me siento querido.

Ha sido un año lleno de cambios positivos en el cual poco a poco he ido cumpliendo algunos objetivos y encaminando otros, pero voy notando como mis sueños se cumplen. Cada día voy sintiéndome un poco más feliz y eso se lo debo agradecer a las personas que están conmigo. En especial a Carlos, por ser mi maestro y mentor, por enseñarme tantísimo en tan poco tiempo y por aguantar la cantidad de tonterías y chistes malos que salen de mi boca y a Judith, compañera de viaje y guía espiritual, por hacerme sentir cosas olvidadas y otras cosas que no sabía que se podían sentir, por enseñarme el lado mágico de la vida que tenía apartado y devolver la pureza a mi alma corrupta.

Al soplar las velas únicamente me vino un deseo en la cabeza: Tener más cumpleaños tan perfectos como este.




Gracias a todos.

¡Sed felices!

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