lunes, 18 de octubre de 2010

Marihuana como método antiterapéutico

Foto vía: wikipedia.es

La canción que más describe el estado en el que te encuentras cuando la marihuana alcanza su clímax eufórico es "Lágrimas de marihuana" de Daniel Higiénico.
Cuando empiezas a fumar te encuentras en un estado relajado, tus vías respiratorias se fusionan con el humo y te sientes más "tú mismo" que nunca. Te encuentras en un estado alejado de cualquier fuente de estrés, dónde tus problemas parecen desaparecer y tu situación es más propicia para la meditación.

La percepción espacial y temporal evolucionan. Al agudizarse los sentidos los sonidos y los colores se perciben de manera casi indescriptible, todo parece fluir de otra manera y el tiempo deja de ser una ley inmortal. Esta es la fase dónde puedes ver al consumidor mirando fijamente la pared. Suele seguirle un estado eufórico que puede acabar en histéricos ataques de risa incontrolada.

El apetito aumenta de forma incontrolable y las comidas cambian levemente de sabor.

Si tu corazón tiene un vacío relevante lo llenas de humo. Los problemas no desaparecen, te dejan de importar.

Lo que podría haber quedado como una experiencia pasajera (llamémosla cósmica, trascendental, visionaria... etc) se puede llegar a convertir en una adicción.

La adicción es completamente psicológica, y en muchas ocasiones puede llegar a ser grave dado a que el cuerpo desarrolla tolerancia y cada vez necesitamos dosis mayores para los mismos efectos, donde buscaríamos un estado eufórico perenne y aplazaríamos constantemente todos aquellos problemas cotidianos u ocasionales.

Puedo llegar a comprender el consumo intermitente de la marihuana pero suelo demostrar desprecio hacia su consumo habitual. Hay gente que lo combina con alcohol llegando a ser un cóctel mortal para nuestra mente. No es extraño escuchar a gente admitir "pensar más lento" al día siguiente.

He perdido a varios amigos a causa del consumo excesivo de marihuana, llegando a consumir más de 2 o 3 porros al día. Es cierto que se trata de la única droga que no mata, pero tiene la capacidad de volverte imbécil.

Si los problemas no se resuelven te privas de la capacidad de evolucionar como persona.
Si la mayor parte del día te encuentras en un estado de relajación tiendes a irritarte cuando este desaparece. Suelo ver como se dedican a insultar a aquellos que encuentran más cerca tan sólo para "equilibrar" la balanza de su ego.
Otras veces he llegado a ver como la única manera de ser felices que tienen es la de seguir fumando. Aunque la sensación de felicidad es TOTALMENTE falsa.


Por estas razones demuestro abiertamente mi intolerancia hacia la gente que "fuma porros como cigarros".




Al principio consumes marihuana, luego la marihuana te consume a ti.



¡Sed felices!

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